Con la testa, con los puños. Estudiante y deportista, Alan David Picasso Romero, alumno de la licenciatura en Neurociencias de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), busca identificar, establecer y analizar la relación entre esta especialidad y el boxeo.
“Quiero iniciar un estudio que se aboque a la relación de las neurociencias con este deporte, porque desafortunadamente ha habido varios accidentes en dicha práctica; entonces se requiere un abordaje ahí, pues no se le ha puesto suficiente atención.”
El objetivo sería, continuó, realizar estudios en el cuadrilátero. Por ejemplo, cuando se hacesparring (entrenamiento-simulación de una pelea real), que se pueda contar con electroencefalogramas para identificar qué zonas del cerebro se están trabajando, qué otras pueden dañarse y, además, algunas que incluso dejan o dejaron de funcionar en algún momento.
“Esto ayudaría mucho no sólo al estado de salud del deportista, sino también a su rendimiento, por lo que es un reto, y es justo en el boxeo donde hace falta implementarse, pero no sólo en éste, sino en los deportes de contacto en general, pero empezaré por ahí”, agregó.
Físico-neurocientífico-boxeador
Oriundo de los alrededores del barrio bravo de Tepito, Alan David Picasso Romero tuvo entre sus sueños más recurrentes ingresar a esta casa de estudios y ser campeón mundial de boxeo.
El avance en la materialización de ambas metas ha sido la motivación del joven universitario que a diario abre los ojos a las 4:30 de la mañana para entrenar y luego retomar sus clases, lo cual, dijo, asume como una muestra de la educación integral que le ha brindado la Universidad Nacional.
Durante el periodo más álgido de la pandemia robusteció su entrenamiento y logró conseguir los campeonatos juveniles intercontinentales en pesos pluma y supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), sin desatender las clases en línea como alumno de la licenciatura en Física de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Fue electo candidato al Boxeador Prospecto del año 2020 por el mismo CMB. Además, la Comisión de Cultura Física, Recreación y Deporte de la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México le entregó la Medalla al Mérito Deportivo 2019. Se trató del máximo reconocimiento deportivo otorgado por el Congreso capitalino.
Hace unos meses pausó sus estudios de física para realizar su examen académico a la licenciatura en Neurociencias, (debido a que el ingreso a dicha carrera es indirecto y con conocimientos previos). Por supuesto, aprobó.
“A veces es un poco difícil, a veces cansado. Un día antes de mi antepasada pelea, en el pesaje, tuve un examen de morfofisiología, estaba con el pendiente del peso, y además el examen… pero son las dos cosas que me gustan, mis dos pasiones, y las voy a lograr.”
Le ha tocado recibir algunos comentarios. Por ahí le dicen: “Creo que no vas a poder”, “vas a terminar saliéndote de la carrera”. La verdad eso lo motiva también, porque además de luchar por el campeonato mundial que quiere conseguir antes de que cumpla 22 años de edad –el próximo 22 de julio–, se ve con un Premio Nobel.
Ha dicho que busca ser campeón mundial en cuatro divisiones. “Quiero ser campeón del mundo antes de cumplir 22 años, como lo hizo Erik Morales, uno de mis entrenadores, seguiré su ejemplo; entonces antes de esa fecha tiene que ser. Quiero pelear en el Estadio Olímpico, sé que cuando suceda habrá mucha gente apoyándome”.
Respecto al Nobel, desea que el país tenga otro reconocimiento de ese nivel, por eso hay que seguirle apostando mucho a la ciencia, y no sólo a eso, a los talentos en general, al arte, a la literatura; trabajo muy duro para eso.
Invicto
La campana de su profesionalismo se tañó el 25 de marzo de 2016; en su carrera marcha invicto, y en su vida académica intachable. “Este 2022 cumpliré 15 años en el boxeo; empecé a los siete y ahorita ya tengo 21 años de edad”.
Le ha costado mucho. “Cuando tienes un sueño tienes que luchar por él. El boxeo no sólo es cosa de salir y golpear al otro, es más que eso: es un deporte, un arte, un crucigrama que hay que resolver arriba del ring”.
Su abuelito siempre le decía: “Pega abajo y la cabeza cae sola”. Y es verdad: “Si quieres cortar un árbol, vas desde la parte de abajo, desde la raíz, desde el tronco. Siempre se me quedó grabado eso, y estoy trabajando en el gimnasio los ganchos al hígado y, bueno, aunque estés fuertísimo del abdomen un golpe así, bien colocado, hace que se contraiga el cuerpo”.
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