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Viernes, 01 de Abril de 2022

Actualizada Viernes, 01 de Abril de 2022 a las 11:15:33 horas

Brasil

Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) tienen un mayor riesgo de infarto

Redacción | 14 Viernes, 01 de Abril de 2022 Tiempo de lectura:

Los resultados de un estudio a cargo de investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, señalan la necesidad de efectuar un seguimiento atento de este grupo de pacientes y de aplicar medicamentos más potentes para combatir la aterosclerosis

[Img #7042]Un estudio realizado con 120 pacientes en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en Brasil, mostró una relación entre el historial de accidentes cerebrovasculares (ACV) isquémicos y el riesgo de padecer nuevas enfermedades vasculares, incluso otros episodios de ACV e infartos de miocardio. Este trabajo fue publicado en la revista Cardiology and Cardiovascular Medicine.

En el Hospital de Clínicas, el complejo hospitalario administrado por la FM-USP, los investigadores evaluaron un parámetro denominado “marcador de calcio” en 80 pacientes acometidos por ACV isquémicos y en otros 40 voluntarios sin historial de la enfermedad. Dicho parámetro, obtenido mediante tomografías, sirve como indicador de riesgo de depósitos de grasa en las arterias (aterosclerosis) del corazón. Pacientes con un marcador mayor que cero corren más riesgos de tener arterias enfermas, aun cuando no manifiesten ningún síntoma.

“Entre los pacientes que tuvieron ACV, el 85 por ciento arrojó un marcador de calcio arriba de cero, en contraste con el 57,5 por ciento de los individuos sin ACV. Los pacientes con ACV y placas de aterosclerosis en las arterias cervicales e intracraneales exhibieron marcadores de calcio más altos que los restantes participantes en la investigación. Esto no quiere decir que esas personas necesariamente tendrán un infarto u otro ACV, pero el hecho de arrojar ese resultado aun sometiéndose al tratamiento para evitar el problema enciende una alarma”, dice a Ana Luíza Vieira de Araújo, primera autora del estudio, realizado durante su doctorado en la FM-USP. Este trabajo integra un proyecto financiado por la FAPESP y coordinado por Adriana Bastos Conforto, libre docente y supervisora de posgrado de la FM-USP.

“Actualmente, a los pacientes que tuvieron ACV se les prescriben medicamentos que por sí solos deberían prevenir la enfermedad coronaria. Se controlan los factores de riesgo para aterosclerosis, tales como hipertensión arterial y diabetes. De todos modos, el marcador de calcio sugiere una mayor propensión a padecer un nuevo ACV o un infarto”, explica Bastos Conforto. El estudio fue codirigido por Márcio Sommer Bittencourt, médico del Hospital Universitario (HU) de la USP.

El calcio es un componente natural de la sangre y su circulación por las venas y arterias es normal. El mineral puede acumularse en placas de aterosclerosis, una enfermedad que causa rigidez de las arterias y favorece su obstrucción con coágulos (trombosis). En esos casos, se produce una disminución del flujo de sangre hacia órganos tales como el corazón (lo que lleva al infarto de miocardio) o el cerebro (lo que lleva al ACV isquémico). Estas enfermedades se encuentran entre las principales causas de muerte en Brasil.

El seguimiento de pacientes

La investigación llama la atención acerca de la necesidad de efectuar un seguimiento más atento de estas personas, sujetas a un riesgo aumentado de sufrir un nuevo ACV o un infarto. “Los pacientes que tuvieron ACV suelen tener secuelas cognitivas y tienen dificultades para adherir al tratamiento. Los resultados sugieren que debería seguírselos más de cerca, tarea a cargo de los profesionales del Programa de Salud de la Familia del SUS [el Sistema Único de Salud, la red de salud pública brasileña], por ejemplo. Esta y otras estrategias podrían evitar que muriesen a causa de problemas cardíacos aun habiendo sobrevivido a los ACV”, dice Bastos Conforto.

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayor causa de muertes en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los casos de ACV, el 85 por ciento son isquémicos y, de esos, entre un 20 y 25 por ciento son causados por aterosclerosis. En los países desarrollados, los programas basados en la adhesión al tratamiento y en la mejora del estilo de vida registraron una disminución en la cifra de muertes. “Es un problema de salud pública serio en Brasil y debe dársele una atención diferenciada”, afirma la investigadora.

Una señal de la prevalencia del problema es que, durante el estudio, parte del grupo que hizo las veces de control, sin historial de ACV, también exhibió factores de riesgo para aterosclerosis. Aun cuando tengan menos propensión que los que habían tenido accidentes cerebrovasculares, el grupo de voluntarios “sanos” arrojó, en su mayoría, marcadores de calcio mayores que cero, lo que constituye un indicador de riesgo. “Muchos solamente descubrieron que tenían diabetes o colesterol alto debido a este estudio”, comenta Araújo.

Aparte del seguimiento de los pacientes con mayor riesgo, las investigadoras apuntan como posibilidad el uso de medicamentos más potentes en el grupo que tuvo aterosclerosis en dos arterias y, por ende, exhibió una mayor predisposición a padecer enfermedad coronaria. Este trabajo podría servir de base para la realización de estudios clínicos con ese grupo y, dependiendo de los resultados, la posterior adopción de los fármacos en el sistema público de salud de Brasil.

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