El encéfalo hace que varios músculos se muevan sin preguntarnos si queremos

Las actividades que nos dan y mantienen con vida son controladas por el encéfalo, pero nunca pensamos en ellas, es más en muchos casos desconocemos su existencia. Por ejemplo, los mamíferos como seres vivos no saben que existe una glándula suprarrenal (ubicadas arriba de los riñones), que si un león nos persiguiera, se secreta catecolaminas (neurohormonas como la dopamina, adrenalina y noradrenalina) que responden al estrés, su secreción nos permitirá escapar de ser la cena del león. Todos estos aspectos esenciales de la vida los realiza el sistema nervioso y nunca nos enteramos.

El sistema nervioso autónomo, neurovegetativo o visceral es el control que tiene el cerebro de todo lo que necesita nuestro organismo para vivir y de lo que conscientemente no tenemos idea que está sucediendo, pero si él no podríamos vivir. El término sistema nervioso neurovegetativo se deriva de que es el sistema que controla todo el organismo cuando no estamos conscientes de nada. Por ejemplo, cuando una persona está en estado de coma o el llamado “vegetativo” el organismo sigue funcionando en sus requerimientos básicos para preservar la vida del individuo incluso en condiciones en las que el encéfalo no puede realizar acciones consiente o se considera que está “desconectado”. El nombre de sistema nervioso visceral deriva en que es un sistema nervioso que está conectado con diferentes órganos internos y regula su funcionamiento, en todos estos casos no es posible hacer cambios en sus actividades de manera consiente, aunque son controladas por el cerebro.

Por ejemplo, aunque el encéfalo controla los músculos del aparato digestivo de ninguna manera podemos lograr por voluntad propia que un alimento se digiera más rápido o lento. Otras funciones que controla, son la frecuencia cardíaca, los movimientos peristálticos (en los intestinos), frecuencia respiratoria, salivación, sudoración, dilatación de las pupilas y la capacidad de orinar. El sistema nervioso autónomo se refiere a que es fundamental en el mantenimiento de la homeostasis (autorregulación) fisiológica.

El sistema nervioso autónomo se compone por nervios y ganglios. Las vías vegetativas se componen por dos neuronas, una que parte del sistema nervioso central hacia un ganglio (preganglionar) y otra de un ganglio a las vísceras (postganglionar). Este sistema se subdivide en dos, el sistema nervioso simpático o toracolumbar (con fibras postganglionares largas) y el parasimpático o craneosacro (con fibras preganglionares largas). La mayoría de las vísceras están inervadas por ambos sistemas.

El sistema nervioso autónomo a diferencia del resto del sistema nerviosos es unilateral, eso quiere decir que solamente tiene una vía de comunicación. Esto lo hace a través de los transmisores químicos o neurotransmisores (como la norepinefrina en el sistema simpático y la acetilcolina en el parasimpático) liberados gracias a las sinapsis y puntos de contacto con los efectores. Por ejemplo, el corazón tiene un ritmo cardíaco dictaminado por el sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso simpático aumenta la fuerza y contracciones del corazón, mientras que el parasimpático las disminuye. Los efectos de ambos sistemas nerviosos son generalmente opuestos. Afectan la frecuencia cardíaca, la fuerza contráctil del corazón, la presión arterial y relajación o constricción de los vasos sanguíneos, secreción de saliva y jugos digestivos, la sangre en las vísceras y movimientos peristálticos, en los pulmones hay broncoconstricción y los esfínteres como el gastrointestinales, de la uretral y músculo detrusor de la vejiga urinaria que contribuye a la micción.

Otra forma de reacción es lo denominado como reflejo visceral, que es cuando la señal del órgano es generada y respondida por uno de los ganglios autónomos sin tener que llegar al encéfalo para su procesamiento.

Se considera que es el sistema nervioso de las emergencias o de la supervivencia. Los neurotransmisores existen en el individuo y hace que todo el organismo esté en condiciones óptimas para reaccionar de inmediato al peligro. Cuando el sistema se dispara, el organismo siente que debe de dejar de hacer todas sus actividades basales para enfocar su energía en acciones que le permitan sobrevivir. Las respuestas el estímulo del sistema simpátrico son en el corazón aumenta la frecuencia y fuerza de los latidos, incremento en la presión arterial y dilatación los vasos sanguíneos todo esto en conjunto para tener más sangre, oxígeno y alimento disponible en los músculos. La dilatación los bronquios del pulmón para poder obtener la mayor cantidad de oxigeno posible de la respiración. Dilata de las pupilas para tener el mejor campo de visión posible y por otra parte el corte de la circulación sanguinas en la región visceral.

Al igual que otros sistemas, el sistema nervioso posee vasos sanguíneos, a través de los cuales puede recibir los nutrientes y sustancias necesarias para poder realizar sus actividades, pero las células gliales o neuroglia forman una barrera hematoencefálica que es por donde se permite el paso de las sustancias y nutrientes. El oxígeno y la glucosa son elementos indispensables para el sistema nervioso, por ejemplo, si no llega sangre a las neuronas, éstas pueden sufrir lesiones irreversibles causadas por la falta de oxígeno, lo que puede ocasionar en el individuo diversas enfermedades.

Nuestro cuerpo funciona y nos mantiene vivos, aunque estemos bajo situaciones de peligro y todo sucede sin que nos demos cuenta de cómo ocurre.

	Autores
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email  (AGM-G),  (STA-C).