El Proyecto Adscrito Techo: Jóvenes por una Iberoamérica sin pobreza fue aprobado en 2010, durante la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno. Sin embargo, su labor en favor de las personas que viven en asentamientos humanos informales empezó en 1997 como un proyecto de un grupo de jóvenes universitarios en Chile.
Este proyecto de Cooperación Iberoamericana realiza un trabajo conjunto con voluntarios y poblaciones vulnerables en los asentamientos informales de la región para superar la pobreza.
El objetivo principal de Techo es mejorar la calidad de vida de las familias que viven en situación de pobreza, a través de la construcción de viviendas de emergencia y la ejecución de planes de habilitación social, en un trabajo conjunto entre jóvenes voluntarios universitarios y estas comunidades. Actualmente, participan de este proyecto adscrito 17 países iberoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
En 2019, según cifras de la Cepal, 470 millones de personas de América Latina (el 77% de la población) pertenecen a los estratos de ingresos bajos o medios-bajos. Además, estas personas registraban ingresos per cápita hasta tres veces la línea de pobreza y no contaban con ahorros suficientes para enfrentar una crisis como la actual. Por su parte, en 2016, ONU Hábitat informó que 104 millones de personas de las zonas urbanas viven en asentamientos humanos informales. En otras palabras, 1 de cada 5 latinoamericanos y latinoamericanas no tiene acceso a viviendas decentes en las ciudades de la región.
El trabajo que realiza el proyecto adscrito Techo es un proceso de inclusión social que permite a los pobladores desarrollarse como una comunidad sustentable y persigue tres objetivos estratégicos institucionales: promover el desarrollo comunitario, generar conciencia y acción social, e incidir en espacios de toma de decisión y definición de políticas públicas.
Techo trabaja con una red de jóvenes voluntarios y voluntarias de distintos países de América Latina que trabajan junto a los pobladores de asentamientos informales. Hasta 2019, Techo ha movilizado a 1.229.933 jóvenes voluntarios de 17 países de América Latina. Además, en más de dos décadas de trabajo ha logrado construir más de 130 mil viviendas en la región. Actualmente, trabajan en 519 asentamientos humanos informales para ayudar a las personas a salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida.
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