Desde su origen, REDIB orientó su actividad en un triple eje: La consolidación del Espacio Iberoamericano del conocimiento, la mejora de la calidad editorial de las publicaciones que en él, o sobre él, se realizan y la potenciación del acceso abierto. 

Mejorar la calidad editorial

El eje central de la actividad de REDIB es la mejora de la calidad editorial de las publicaciones, una condición sine qua non para la calidad científica.  En este objetivo, se han depurado los exigentes criterios de admisión y los criterios recomendados han cumplido su función de señalar a los editores los caminos hacia la excelencia. 

Hoy son mayoría las revistas que utilizan OJS[1] para la gestión y exportación de los metadatos. También lo son las que cuentan con herramientas antiplagio (HAP), incorporan la bibliografía citada o han publicado códigos de buenas prácticas (CBP). 

“Las publicaciones científicas iberoamericanas -afirma Antonio Díaz, director de REDIB- son hoy mucho mejores de lo que lo eran hace una década. La publicación del Ranking REDIB, ya en su cuarta edición, supone un acicate para estas revistas que pueden mirarse en el espejo de las que ocupan los lugares preeminentes para mejorar sus prácticas editoriales”.

Todas las revistas en acceso abierto

REDIB es un impulso clave en el acceso abierto, una tendencia que se ha asentado con fuerza en el panorama de la edición de revistas científicas, que superan ya en número a las de acceso mediante suscripción. Un modelo que ofrece numerosas variantes en las modalidades de acceso abierto. Así, a la distinción original entre vía verde y vía dorada se han sumado otras variantes: bronce, híbrida, diamante.

Espacio Iberoamericano del Conocimiento 

Los dos ejes anteriores son palancas de la razón fundamental que justifica la existencia de REDIB: la consolidación del Espacio Iberoamericano del Conocimiento. La ciencia producida en cada uno de los países del EIC ha vivido mucho tiempo de espaldas a lo que se hacía en los restantes países, las actuaciones de diferentes agentes como Universia o la Secretaría General Iberoamericana en los últimos años han empezado a corregir esta situación y a poner en valor lo que le une, lenguas y buena parte de cultura común, posibilitando el intercambio de investigadores e incentivado proyectos de colaboración.

REDIB es una pieza clave en este proyecto al poner en comunicación a los investigadores de diferentes países ofreciendo visibilidad a los resultados de su investigación en publicaciones de calidad acordes con su especialidad. En este sentido, la publicación en REDIB de información sobre el impacto de artículos y revistas permite a los investigadores seleccionar cuidadosamente el lugar en el que publicar sus trabajos para asegurar visibilidad y posibilitar impacto, tanto en la región como en la ciencia global.

Conocer el impacto en la región

Hasta ahora REDIB ha ofrecido datos sobre el impacto de las publicaciones en la más exigente ciencia global, las publicaciones indexadas en la Web of Science. El siguiente paso es publicar datos sobre el impacto que cada revista indexada en REDIB tiene sobre el conjunto de las publicaciones REDIB. 

Esta nueva funcionalidad permitirá conocer el impacto en la región, que puede ser diferente del que tiene globalmente, especialmente si consideramos el sesgo anglosajón de la WOS. 

“Este proyecto -indica el director de REDIB- nos va a permitir conocer con más claridad las relaciones que se establecen en el EIC, el impacto que las diferentes materias y orientaciones tienen en los diferentes países. No se trata de competir con JCR o SJR, de alcance global, ni con las métricas de Dialnet, centradas en España, sino de ofrecer una información que permita a los autores seleccionar con más información el destino de sus trabajos y, a la vez mostrar datos que sirvan para valorar la evolución del Espacio Iberoamericano del Conocimiento”.