Un estudio financiado por la National Geographic permitirá detectar las zonas de Córdoba con mayor temperatura y diversidad de mosquitos, entre ellos, el transmisor del virus del dengue.
Elizabeth Estallo, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIBYT, CONICET-UNC), viene trabajando en ecología urbana y ecología de mosquitos, junto a los investigadores Francisco Ludueña-Almeida (UNC), Lila Asar (UNC), Florencia Sangermano (Universidad de Clark, USA), Andrés Visintin (UNC) y la doctorando Elisabet Benitez (CONICET). Este grupo de trabajo ganó una subvención de National Geographic para investigar las islas de calor urbanas, el efecto amortiguador de la vegetación como servicio ecosistémico regulador y su relación con la comunidad de mosquitos en la ciudad de Córdoba, especialmente aquellas especies de importancia medica por ser vectores de patógenos como es el caso de Aedes aegypti, vector del virus dengue.
Estallo señala: “Me resulta muy interesante el estudio de las temperaturas y el efecto que estas ocasionan sobre la diversidad de mosquitos urbanos, lo que nos llevó a su vez a querer explorar el efecto amortiguador de la vegetación como un servicio ecosistémico regulador, no sólo de las islas de calor urbanas sino de las poblaciones de mosquitos de importancia sanitaria”.
Las investigaciones que realiza el grupo de trabajo tienen principalmente el objetivo de evaluar el rol del ambiente urbano, los cambios en la estructura del paisaje, y la relación con la actividad de insectos vectores. En este marco, Estallo explica: “Intentamos encontrar evidencias de la influencia del ambiente, y en este caso particular de la temperatura y la vegetación en la ciudad de Córdoba, y el impacto sobre las especies de mosquitos”.
El estudio es novedoso en la región ya que aborda el efecto de las islas de calor urbanas en relación a insectos que causan problemas a nivel de salud pública, al ser vectores de patógenos como es el caso del virus dengue. El estudio pretende evaluar en qué medida la vegetación urbana y los cuerpos de agua, como el río Suquía, funcionan mitigando los niveles de temperatura y regulando el efecto de las islas de calor urbanas, como así también cómo influyen sobre la diversidad de especies de mosquitos.
Los resultados de este trabajo permitirán elaborar un mapa de la ciudad con las zonas más calientes y con mayor presencia de mosquitos peligrosos desde el punto de vista sanitario, transmisores de enfermedades como el dengue, Zika y la chikungunya y la fiebre amarilla.
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