En los últimos años han proliferado los materiales académicos de esta tipología producidos por universidades, instituciones de investigación, asociaciones profesionales, etc. Esta abundancia unida a la progresión de la cultura de la imagen en las nuevas generaciones, ha generalizado su uso entre estudiantes y profesionales que recurren a estos documentos para solucionar cuestiones que antes resolvían en manuales y monografías.

Este uso preferente de los medios audiovisuales, las plataformas temáticas de internet, las redes sociales etc. por parte de las nuevas generaciones de ciudadanos y en particular estudiantes, como primera fuente de información, nos anima a iniciar un proyecto tan vasto como ambicioso, consistente en la agregación de documentos audiovisuales de interés científico y académico bajo los mismos criterios de calidad que REDIB ya aplica a sus revistas, artículos, editoriales y libros, criterios que se concretan en nuestras señas de identidad.

En este tiempo en el que la desbordante abundancia de información sobre cualquier asunto y la disponibilidad casi universal de la misma constituye un valor sin precedentes en la historia, el reto radica en el filtrado de información. Junto a materiales de alta calidad pedagógica y rigor académico, abundan también otros de dudosa calidad cuando no difusores de ideas que poco tienen de científicas y que convendría erradicar del ámbito académico. La otra cara de la moneda es por tanto la creciente y descontrolada propagación de información poco rigurosa o deliberadamente falsa, por los mismos canales y con la misma intensidad que la información útil y veraz.

Así, junto a clases de profesores universitarios que, con opiniones y criterios a menudo diferentes, comparten el uso de sólidos cimientos y metodologías fiables, el usuario encontrará en la red videos de altísima calidad de imagen y sonido, atractivos y bien presentados pero carentes del menor fundamento científico. Unos y otros materiales conviven en la red, sin nada que permita distinguir los aprovechables de aquellos otros de los que hay que alejarse.

Es urgente por tanto establecer mecanismos diferenciadores para que el ruido y la falsedad no acaben invalidando las fuentes, los canales y los procesos de propagación de conocimiento.

Para ello algunas instituciones han optado por mantener estos materiales en sus repositorios, a veces sólo disponibles para sus estudiantes y otras en abierto pero obligando a los estudiantes a recorrer los repositorios de diferentes instituciones hasta encontrar lo que buscan.

La respuesta de REDIB, uno de los principales agregadores de información científica de Iberoamérica, es emprender el camino que conduce a ofrecer a sus usuarios un “espacio seguro” donde encontrar audiovisuales avalados por instituciones y profesionales solventes, seleccionados con criterios objetivos y exigentes, donde los estudiantes, académicos e investigadores puedan encontrar materiales para preparar sus trabajos en unos momentos en que la situación internacional obliga a contar con materiales en línea de calidad.

El camino es difícil. Establecer criterios de selección para revistas y libros no fue fácil aunque contábamos con reglas relativamente sencillas y con herramientas informáticas muy presentes en la edición de revistas y en camino de implantarse para las monografías. En el caso de los audiovisuales no existen esas reglas sino que el campo está abierto. 

La aplicación de los criterios de calidad y las señas de identidad REDIB al acervo audiovisual que queremos ofrecer a nuestros usuarios, nos permitirá aplicar herramientas de indexación y búsqueda de documentos sobre una base de datos de acceso abierto y filtrada por la calidad de los materiales. Para la consulta de los documentos se derivará al lugar original de la entidad editora. Los contenidos pertenecerán al ámbito iberoamericano, desde el punto de vista geográfico, lingüístico o temático, cubriendo todas las áreas del conocimiento.

Para contribuir a que los científicos, académicos y estudiantes que ya utilizan REDIB, encuentren en el océano de documentación audiovisual que es internet solo aquella información que por veraz y rigurosa sea útil para el progreso de su actividad, necesitaremos de la colaboración de las entidades editoras. Tanto de las que ya participan en nuestro agregador con sus libros y revistas, como de aquellas que trabajen más específicamente la tipología audiovisual y que estén reconocidas como fuentes confiables de información y conocimiento. Por ello, esperamos contar con la colaboración de cuantos pudieran estar interesados en este proyecto convencidos de que iniciamos un largo y difícil camino pero que prestará un importante servicio al Espacio Iberoamericano del Conocimiento

En las próximas semanas habilitaremos en la web REDIB el nuevo módulo con sus funcionalidades, los primeros audiovisuales, sus metadatos, las herramientas de búsqueda y catalogación etc. así como las instrucciones precisas sobre cómo colaborar en Audiovisuales REDIB. Si desea conocer más detalles del proyecto y participar en él con sus documentos, puede dirigir sus consultas a: